“Cliff jumping”: cuando saltar desde acantilados se convierte en una tendencia peligrosa

Todos los videos comienzan con una cuenta regresiva, a veces incluso con gritos, solo para motivarse. 3… 2… 1 y luego el gran salto. Largos segundos de caída al vacío. Algunos hacen giros, otros volteretas, y otros se quedan erguidos como una I antes de caer al agua. En redes sociales, los entusiastas del salto de acantilados , a menudo adolescentes, todos hombres, no dudan en compartir sus hazañas en videos que acumulan millones de visualizaciones. Particularmente popular durante el verano, este deporte extremo sigue un modus operandi simple: saltar al agua desde un acantilado.
Aunque es difícil determinar la fecha de nacimiento de esta práctica, el salto desde acantilados se ha disparado en los últimos años. Hoy, casi 600.000 publicaciones lo mencionan en Instagram. Las más populares provienen de la misma cuenta: la de Jérémy Nicollin, seguida por 627.000 suscriptores. Actualmente ostenta el récord francés de salto desde acantilados , con un salto desde 47 metros de altura (el equivalente a un edificio de 14 plantas) en caída libre a 110 km/h, logrado en la cascada de Chaudron, en la Isla de la Reunión, en 2024.
El hombre de 34 años contó a Libération que ha saltado de acantilados desde que era niño: "Cuando tenía 7 años, mi padre me llevaba a saltar, me tiraba por todas partes y me encantaba".
Libération